Durante la prueba de polígrafo, el evaluado será conducido a través del procedimiento, de manera clara y sin engaños. La prueba de polígrafo debe ser transparente para el evaluado, y la misma se compone de dos fases obligatorias: la fase de entrevista, y la fase de prueba. Hay una tercera fase, que es opcional, conocida como fase post-prueba; que de ser utilizada, sirve para permitirle al evaluado brindar una explicación adicional acerca de lo observado en gráficas. El poligrafista le indicará al evaluado al terminar la fase de prueba, si se requiere alguna aclaración adicional.

La fase de entrevista es un procedimiento clave que permite conocer al individuo y obtener información sobre lo que se está evaluando. El tiempo mínimo de una entrevista correctamente estructurada es de 60 minutos aproximadamente y es indispensable que el entrevistador trate con dignidad y respeto al entrevistado, que le avise que será videograbado (es requisito indispensable videograbar la entrevista), que confirme que su estado físico y mental es adecuado para la prueba, que los temas se presenten de manera clara, precisa y no inquisitiva y que todas las preguntas sean conversadas y presentadas correctamente antes de hacer la prueba.

La fase de prueba es aquella donde se toman los registros fisiológicos del evaluado, en respuesta a las preguntas de la prueba; y puede durar desde 30 hasta 45 minutos. Inicia con una fase de práctica, que es donde el Poligrafista deberá explicar el procedimiento y dar instrucciones claras para que el examinado entienda lo que debe hacer para tener un buen resultado. De lo contrario, será difícil establecer si el examinado no siguió instrucciones porque no las sabía o porque decidió alterar los resultados. Al terminar la práctica, se brinda retroalimentación, y se procede con la toma de datos fisiológicos, siguiendo lo dictaminado por la técnica que se esté empleando.

Revisa algunas generalidades sobre los protocolos validados en nuestro artículo sobre la aplicación correcta de la prueba.